miércoles, 11 de enero de 2012

Pokémon Sigle - Capitulo 1 - Historia de un entrenador


Pokémon Sigle
Historia de un entrenador
Capitulo 1

Me disponía a entrar en el SS.Kodoku, ese pequeño barco que iba desde Ciudad Portual hasta Puerto Laicini. Se notaba que por el habían pasado los años pero aun asi continuaba funcionando. Dias antes, habia conseguido el billete en una de las maquinas nuevas que habia en Ciudad portual, por lo visto, un banco de Sharkpedos habian atacado el puerto y el unico barco que quedaba disponible era ese. Según la maquina, mi camarote el numero 1, como se notaba que no iba mucha gente en el.
Yo no queria ser entrenador, pero estaba cansado de estar siempre en el mismo pueblo de siempre, haciendo todos los dias lo mismo, hasta que me cansé de eso. Vi un anuncio en la tele en el que se veian muchos entrenadores que habian logrado sus sueños junto a sus Pokémon, se les veia felices y pareciera que sus vidas tenian sentido, no como la mia.
Subi las escaleras hasta la puerta que llebaba hasta la sala principal, allí solo estaban los trabajadores, la recepcionista detras del mostrador y una chica que salio corriendo por un pasillo que mas adelante sabria que conducia a los Camarotes. Estube un rato dando vueltas por alli, pero no encontré nada interesante. Pregunte a la recepcionista como llegar a mi camarote y me indicó. Estube media hora buscando el camarote hasta que lo encontre. Al entrar, solté mi mochila en una esquina y me acoste en la cama a leer un manga que habia traido de casa para que el viaje no fuera tan aburrido. El barco comenzo a moverse, supongo que ya partiamos hacia Pueblo Laicini.
Una hora de viaje despues, me entro hambre, ya me habia leido la mitad del manga que traje. Sali de mi camarote y justo en el de al lado, la chica que habia visto correr antes iba a salir tambien.
-Ah, hola. ¿Tu tambien vas a combertirte en entrenador?
-Si... ¿como lo has sabido? -Le conteste.
-Hombre, pues ya que llevas guantes, una mochila y el simbolo de una pokeball en el gorro, lo deduje. ¡jaja!
-Jajaja, ok. Yo soy Sukai, encantado.
-Yo me llamo Nadeko, igualmente, jiji.
Ella vestia un gorro muy ancho y con visera, lo que mas me extraño es que no llebaba mas nada aparte de un bañador. Empezamos a andar hasta la cafeteria mientras continuamos hablando.
-Oye, ¿porque vas vestida asi? -Le pregunte.
-¿Con el bañador? Ah, es que asi estoy mas comoda, pero normalmente llevo una chaqueta encima de esto. -Me dijo.
-¿Y que te ha hecho emprender este viaje? - Le volvi a preguntar. Me estaba empezando a caer bien.
-Es porque mi sueño es combertirme en una gran entrenadora y conocer a un chico que me acompañe en este gran viaje. jeje. ¿Y tu?
-Pues yo estaba cansado de estar siempre en el mismo pueblo, quiero er mundo y conocer a mucha gente y a muchos Pokémon.
-Jaja que bien, oye, ¿sabes donde me guardo las pokeballs?
- eh... esto... -Me quede confundido con esa pregunta. ¿Que pretendia?
-jajajajaja, dejalo, es un mal chiste, jeje.
-jaja o-ok...
Llegamos a a cafetería en la planta superior y nos sentamos en una mesa.
-¿Que vas a pedir? -Me preguntó.
-Pues nose, como le digo siempre a mi madre, mientras sea comestible me da igual.
-Pero tu madre siempre se esmera por hacer la comida todos los días, ¿no valoras el esfuerzo que emplea ella para hacerlo?
-Si, bueno...
Entonces llego el camarero, y pedimos lo que ibamos a tomar. Al acabar nos sentamos en un sillon del gran salon y nos pusimos a charlar.
-Oye... Sukai. -Me pregunto con un tono apagado.
-¿Si? ¿que pasa?
-¿Crees que llegaremos a cumplir nuestros sueños alguna vez?
-¡Claro! Si no lo intentamos no lo sabremos, hay que esforzarse y luchar por lo que queremos.
-Jaja, me encanta tu forma de hablar, Sukai. Eres muy inspirador. ¿Podemos ser amigos?
-Claro, ¿porque no? ¡jajajajaja!
-¡Jajajaja vale! Ahoras somos amigos jijiji.
Entonces por se ollo el abiso de que estabamos a punto de llegar al puerto de Pueblo Laicini. En los minutos antes de llegar del todo le pregunte.
-¿Tienes familia en Pueblo Laicini?
-Si, mi padre vive ahi, el se separo de mi madre hace unos años y se mudo ahi.
-Oh, lo siento... -Si hubiera sabido eso no le hubiera preguntado.
-No pasa nada, jeje. Bueno, vamos que ya hemos llegado.
Bajamos las escaleras y vimos aque hermoso paisaje muy flordo y verde, aqui supe que mi gran aventura estaba a punto de comenzar.